El triciclo rojo

Era muy pequeña cuando los Reyes Magos me trajeron el triciclo, pero recuerdo nítidamente algunos detalles de aquel día como que salí disparada de la cama y corrí descalza por el pasillo como era mi costumbre, hasta llegar al cuarto de estar donde esperaban los regalos que sus majestades habían dejado apenas unas horas antes.

Tenía un asiento rojo brillante, los pedales y los extremos del manillar también rojos, y era de metal reluciente. Mucho debí insistir para que, aquella tarde soleada y fría de enero, mi padre accediera a bajar conmigo a la calle para estrenarlo. Vivíamos en el barrio de Carabanchel, en la calle San Pantaleón, el número tres si la memoria no me falla. Delante de nuestro edificio había una enorme explanada de tierra aún sin urbanizar, con cuatro árboles raquíticos, donde solíamos jugar los niños del vecindario.

¡Estaba tan feliz con mi triciclo!

Al principio no dominaba demasiado bien los pedales, así que avanzaba impulsándome directamente con los pies y debía hacerlo con bastante rapidez, porque recuerdo a mi padre corriendo detrás de mí, frenándome a cada rato y pidiéndome que tuviese cuidado para no acabar estrellándome contra aquel suelo de arena y piedras.

Aquel triciclo me duró un par de años, hasta que de nuevo los Reyes me trajeron una preciosa BH de color azul con la que volaba por el descampado para disgusto de mi padre, que maldecía en arameo cada vez que me veía llegar a casa con las piernas llenas de raspones y cardenales.

Años más tarde, por fin tuve mi primera bici “seria” con la que hice kilómetros y kilómetros por la Casa de Campo, como el día que llegué hasta el pueblo de Húmera y regresé a casa agotada, pero muy feliz.

Hace años que no me subo a una bici, Vigo no es precisamente una ciudad que se preste al pedaleo.

Supongo que esta noche muchos triciclos y bicicletas, envueltos en papel de regalo, aguardarán a ser estrenados mañana por piececitos inquietos.

¡Feliz día de Reyes para tod@s! 👑👑👑🚲🎁🛴

P.D. Gracias a Javier Luque por su interés en leerme y por sus acertadas y estimulantes correcciones.

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