BENVOLIO
Huye, Romeo.
La gente acude y Teobaldo está muerto.
Si te alcanzan, vas a ser condenado a muerte.
No te detengas como pasmado.
¡Huye, huye!
Yo tendría que haberte prestado hoy mi cuerpo y mi voz para hacerte visible.
Tú me habrías prestado una vida distinta durante hora y media, querido Benvolio.
No ha podido ser esta vez… el teatro de momento, ha de permanecer también en cuarentena.