Hace un par de días observaba a ratos el cielo desde la ventana de mi cocina mientras “faenaba” en las labores domésticas, un día típico de chaparrones abundantes seguidos por ratos de tregua en los que el sol peleaba denodado contra los nubarrones.
La vida misma, pensé… La vida llena de claroscuros, a ratos gris, a ratos luminosa.
Este 2020 que está a punto de terminar no ha sido precisamente un año para “tirar cohetes”, muchos (demasiados) se han quedado por el camino, pero lo deseable es que, los que aún seguimos aquí, no nos rindamos. Seguro que vendrán días mejores y peores, días grises pero también azules y hasta de color de rosa. Afrontémoslos con humor y con amor, porque como decía mi abuela: “nunca choveu que non escampara”.
Este poema, que algunos atribuyen erróneamente a Benedetti y otros dicen que es de Alexis Valdés, independientemente de quien lo haya escrito, me gusta. Y con él quiero desearos un 2021 esperanzador y cargadito de salud, en el que recuperemos por fin todos los abrazos perdidos.
¡Feliz año!