Tus zapatos, mis zapatitos

Cada día tratabas inútilmente de explicármelo, pero yo persistía en un desconsolado berrinche. Finalmente sonreías, me dabas un beso y te marchabas.

Yo me tiraba al suelo para ver, por debajo de la puerta, como tus zapatos se alejaban por el pasillo hasta desaparecer al llegar a las escaleras. Luego me levantaba y corría a buscar los brazos de mamá que me aupaban a la ventana. Y tú, desde la calle, te girabas y nos saludábamos con la mano.

Y así un día tras otro, hasta que volvías del trabajo y el sonido de la llave en la cerradura ponía alas en mis zapatitos, y corría a abrazarte gritando por el pasillo la primera palabra que aprendí a pronunciar… “papá, papá, papá”.

Advertisement

Deixar unha resposta

introduce os teu datos ou preme nunha das iconas:

Logotipo de WordPress.com

Estás a comentar desde a túa conta de WordPress.com. Sair /  Cambiar )

Twitter picture

Estás a comentar desde a túa conta de Twitter. Sair /  Cambiar )

Facebook photo

Estás a comentar desde a túa conta de Facebook. Sair /  Cambiar )

Conectando a %s